Un armario, es un mueble cerrado por medio de puertas, en cuya distribución interior puede haber estantes, colgadores para perchas y cajones, ideado para guardar cosas. Las puertas pueden ser de distintos tipos, ya sean puertas abatibles, puertas deslizantes, puertas correderas de armarios, puertas plegables y puertas plegables tipo pvc.
Su elección está ligada a la zona donde se encuentre el armario, siendo las deslizantes las más adecuadas para zonas de paso o con poco espacio para abrir puertas, ya que ahorran mucho espacio. Las plegables a su vez, son útiles cuando la zona tiene acceso reducido. Con nuestro catálogo de armarios empotrados se podrá hacer una idea de como le puede quedar su vestidor a medida.
El armario empotrado es un mueble propio de cualquier estancia de la casa, adecuando su forma y dimensiones al uso al que va destinado. La palabra procede del latín armarĭum, lugar donde se guardan artefactos, o arma. A su vez, arma procede de ars, arte u oficio, y denomina cualquier conjunto de objetos resultado de un arte u oficio. La evolución posterior de la palabra puede llevar a confusión.
El armario empotrado es el que únicamente tiene visible su parte frontal, estando el resto unido por obra a las paredes o tabiques de la estancia en que se ubica. Está perfectamente integrado en la estancia visualmente y ahorra espacio en la habitación. Los armarios empotrados son menos comunes en Europa que en Norteamérica; así hay mayor uso de vestidores o de armarios individuales en Europa. En Madrid es un tipo de mueble con una alta frecuencia de uso.
Los espacios habilitados como vestidores suelen estar revestidos de armarios sin puertas y espacios más amplios que los armarios tradicionales. También es frecuente la presencia de espejos, generalmente de cuerpo entero, para poder probarse las distintas combinaciones de ropa y apreciar los resultados.
Los armarios empotrados pueden construirse a medida aprovechando huecos en la propia arquitectura de la casa o en zonas donde sea necesario. Es muy importante forrarlos y revestirlos con los materiales adecuados para aislarlos y asegurarse de que la humedad o el polvo no lleguen a ponerse en contacto con las prendas de ropa.

Lo primero es saber que calidades queremos para el interior del armario. Lo podemos hacer de madera maciza, de aglomerado chapado o de aglomerado plastificado. Hoy en día las imitaciones plásticas de madera son casi perfectas.
Crear un espacio superior que sirva de maletero es algo totalmente recomendable e imprescindible si los techos son altos. El hueco que quede como verdadero armario no debe tener nunca una altura inferior a 180 cm, ni ser mucho más alto para poder alcanzar perfectamente la ropa colgada. En este maletero suele guardarse en cajas la ropa de temporada, para evitar que ocupe espacio en el armario. Las cajas deberán ser igualmente de materiales aislantes que mantengan la ropa a salvo de insectos, humedades, polvo y malos olores.